avatar de la rosa
¿… la vida? Una carga que se me dio sin
pedirla y que, llegada la hora, devolveré desdeñoso.
Omar Khayyam
1
sobre los cuatro vientos cardinales
sueña estallar el ojo de la rosa.
sueña, vena de plata, en mariposa
trocarse, y herida al fin, libre, rosales
y horizontes atrás dejar de un salto.
posar más hondo que el cielo. más alto.
descarnada inocencia de la espina.
no alumbra allí el silencio que la quema
ni le nombra la noche en su anatema.
todo es espacios, agua cristalina,
y nada anuncia al tiempo, a esta vaga
sed que lo enturbia todo y que me apaga.
2
sé que mi corazón es del tamaño
de un hombre solo y cuarteará la losa,
mi ventana final, la venenosa
agua intocada al centro de este huraño
laberinto… ¿podré dejar mi estancia
henchida de una ardiente soledad?
aprendí de memoria mi oquedad:
tras tanto pétalo y más, más fragancia,
la rosa es sólo el centro donde sola
calla atenta al recuerdo del vacío.
cuatro corceles negros por el río
tachan mi corazón de ola en ola.
3
espesa el aire táctil lejanía.
mi dolor se adelanta a cada puerta
en un rayo de sed blanca, y despierta
de un golpe el miedo a todos. es de día.
hincan jazmines bajo el rostro mudo
mientras nieve se sueña en un desierto.
a no oír juega el niño, a estar muerto:
mientras duerme, su voz deshace el nudo.
ancho establo es la fe sin levadura,
eco partido, al viento vieja mies.
el padre, el mar sube a lavar mis pies
como dios, con un agua gris, futura.
¿qué intersticio esplendente hace girar
del día a mí y desde la noche al día?
la rosa exangüe en un rincón latía
cerrada al fin, echándose a volar.
En: Antología de la poesía oral, traumática y cósmica de Ileana Álvarez y Francis Sánchez (Frente de Afirmación Hispanista, México, 2017).